Una de las tantas curiosidades que tiene la hotelería y de las historias asombrosas que suceden al interior de nuestras operaciones, se vive en el Bastión Luxury Hotel, liderado por Ana María Azicri en la ciudad de Cartagena, y cuyo perfil de huéspedes es tan alto y exclusivo que prácticamente con los objetos olvidados se podría armar una boutique en Via Veneto en Roma, en Madison Avenue o en la séptima avenida en el corazón de Manhattan.
Algunas veces los propietarios no los reclaman o no quieren que les hagamos llegar sus preciados objetos a su lugar de destino; ahí es cuando estos entran a hacer parte de las subastas internas para colaboradores después que ha transcurrido un año.
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No deja de ser curioso que en el hotel terminemos custodiando pañuelos de seda de 1000 dólares, sombreros italianos Dolce & Gabbana, corbatas Hermenegildo Zegna, lentes de sol de la casa Gucci, pantalones Calvin Klein, revistas Vogue, paraguas Bvlgari, blusas Givenchi, bolsos Louis Vuitton y otros accesorios dignos de los desfiles mas prestigiosos y semanas de la moda Pret a Porter, en Paris, Milán, Dubai o Nueva York.
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Si esto sigue asi, nos va a tocar subcontratar un espacio en la bóveda del Banco Central para garantizar la custodia de estos elementos o realizar una alianza con la casa de subastas Christies en Londres para vender estas autenticas joyas a nuestros colaboradores, de igual forma se está evaluando la posibilidad de contratar a la firma Price WaterHouse Cooper para que garantice la transparencia de esta actividad interna en el hotel. 🙂 🙂 🙂
Es importante aclarar que el hotel tiene diseñado un estricto protocolo de seguridad, custodia y devolución de estos elementos para la completa satisfacción de los huéspedes, aquellos visitantes que embrujados por la magia y los fantasmas de la ciudad amurallada abandonan el hotel dejando atrás autenticas joyas del diseño y la moda.
En GHL ESTAMOS HECHOS de Historias!
Mauricio Ramírez Quiros
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