No es una mentira que las OTAs crecen y continuan creciendo de manera desmedida y con eso también siguen marcando la guía y se imponen sobre la venta directa de la industria hotelera. El mercado turístico digital ha tenido un auge próspero del cual las agencias online han sabido sacar provecho. Las comisiones de estas agencias son del 15% hasta mucho más del 25%, costo que los hoteleros deben pagar por cada reserva que ingresa por estos portales, a diferencia del costo de las reservas directas que va del 5 al 10% aproximadamente, esto significa que, aunque las OTAs son necesarias, la venta directa es mucho más rentable no solo a nivel económico sino también reputacional en el mundo digital.
Es por esta razón que es fundamental desarrollar una estrategia de marketing capaz de encontrar el balance entre los canales externos y la venta directa. Los objetivos principales de esa estrategia estarán enfocados a: garantizar la alza en reservas directas web, crear fidelidad para la marca y atraer a los huéspedes adecuados para el target establecido.
Más allá de la parte económica como se había mencionado, toda reserva directa conlleva consigo un elemento mucho más valioso: la información. Los datos de una persona en la, hoy, era digital, son mucho más valiosos que su misma reserva pues su información de contacto brinda al hotel una oportunidad de crear relaciones personales con los clientes por medio del marketing de fidelización: práctico, real y valedero.
No obstante esta información debe también llevar consigo una estrategia en donde sea utilizada de manera beneficiosa generando un impacto directo en las reservas directas y la reputación de nuestro producto, inclinando la balanza hacia nosotros. Esto significa que por cada cliente que movamos del mercado de las OTAs hacia nuestras webs estamos haciendo que conozcan nuestra marca y se enamoren de ella para que de esa manera no reserven de nuevo por la OTA sino que empiecen a reservarnos DIRECTAMENTE.