Existen personas que no se montan en un avión o en un tren un dia viernes 13 como hoy. En algunos aviones no existe la fila 13 al igual que algunos hoteles omiten ese piso o ese número de habitación.
En algunos países la tradición indica que es el martes 13.
El número de la mala suerte en China es el 4 porque en Mandarín su pronunciación es muy parecida a la la palabra muerte,
En Rusia la costumbre es subirse encima de la maleta antes de partir para invocar que la suerte sonría en la travesía.
Los cruceros tienen la superstición que si no se rompe la botella de champaña en contra el casco el dia del viaje inaugural el barco terminara sus dias en el fondo del mar como en el caso del Costa Concordia cuando la modelo y madrina Eva Erzigova fallo en el lanzamiento de la botella, en el celebre naufragio reciente.
Algunas aerolíneas como Iberia, Air France, British Airlines Lufthansa, American Airlines, KLM o Vueling han desterrado esa fila en la mayoría de sus aviones ante la negación de muchos de sus pasajeros a comprarlas o volar en esa ubicación.
El origen de este miedo puede ser religioso debido a que fueron 13 comensales en la ultima cena y Judas Iscacriote no debió estar ahi.
También se supone que Jesucristo fue crucificado un viernes 13 y las escaleras que conducían al patíbulo tenían 13 escalones, según fuentes del Diario El Mundo de Madrid.
Una de las razones que ha contribuido a continuar fomentando esta fobia ha sido Jason Voorhess, progaonista de la saga de ‘Viernes 13‘. Estrenada en 1980, esta película de terror se convirtió en todo un clásico del subgénero slahser y se la considera una de las grandes películas de culto.
De igual forma nunca zarpan los barcos el dia 31 de Diciembre debido a que fue el dia en en que se ahorco Judas.
Otra curiosidad es la orientación de la cama en las habitaciones de los hoteles en Asia, ya no se concibe diseñarlas sin seguir las reglas del feng shui para atraer buena energía.
Y si todo esto no funciona, siempre se puede recurrir al patrón de los viajeros, San Cristóbal, y llevar una estampita suya en la próximo viaje.
La leyenda cuenta que San Cristobal portó a un niño, al que no conocía, a través de un río antes de que el niño le revelase que era Cristo.