En el Día Internacional de la Fotografía, que se celebra cada 19 de Agosto, debido a que fue el día en que la Academia Francesa de Ciencias, anunció al mundo el invento de la técnica fotográfica conocida como daguerrotipo, dando origen a la posibilidad de inmortalizar el tiempo mediante luz, papel y sustancias químicas, queremos aprovechar para compartir con nuestros lectores de Notihoteles la apasionante historia de «La Niña Afgana».
Sharbat Gula, mejor conocida como la niña refugiada afgana, fue retratada en 1984 por el fotógrafo norteamericano Steve McCurry, uno de los mejores retratistas de la historia de la fotografía, para un reportaje sobre refugiados en la frontera con Pakistán de la revista National Geographic, que se publicó en 1985 y cuya imagen ha merecido impresionantes calificativos como el de «La Mona lisa o la Gioconda» del tercer mundo. Años después un equipo de expertos la localizó después de una búsqueda exhaustiva.
La fotografía de Sharbat y sus enormes ojos verdes, sin el velo tradicional o burka fue un llamamiento al mundo entero, en pleno conflicto bélico entre la URSS que respaldaba el régimen comunista de Kabúl y los rebeldes muyahídines, el grupo armado de jóvenes insurgentes de las montañas, que adoctrinados por clérigos radicales más adelante originarían a los talibanes, y que en estos dias son noticia internacional porque acaban de tomarse el poder en la nación islámica ante la mirada perpleja de occidente y a tan solo unos meses de la retirada de las tropas de la coalición liderada por Estados Unidos después de 20 años de intervención tras los atentados del 11 de Septiembre
Durante la guerra de Afganistán en aquel año 1984 , Sharbat Gula fue retratada a la edad de 12 años, en el campo de refugiados de Nasir Bagh, en Pakistán y después nunca nadie supo de ella, se perdió entre la arena, las cabras y las montañas del desierto asiático, peregrinando entre campesinos y nómadas de una región azotada por las guerras tribales y la pobreza.
En la actualidad tiene 48 años, pero su imagen pasó a la historia de la fotografía y de la revista.
Steve McCurry se obsesionó con volver a encontrarla para anunciarle que su foto había trascendido todas las fronteras y era muy conocida y famosa en la elite intelectual, artística y científica del mundo, regresó a la zona años después preguntándola en cada esquina, en las escuelas y poblaciones cercanas donde se tomó la foto hasta que dio con su paradero finalmente, expertos de inteligencia de Estados Unidos corroboraron a traves de los Iris de los ojos que se trataba de la misma persona.
La nueva foto revelaba algo mas que un rostro:
La nueva foto de Sharbat Gula convertida en mujer, viuda, y con tres hijos y que ha vivido en carne propia las extremas restricciones a las que son sometidas las mujeres en Afganistán por los fundamentalistas islámicos y su rigurosa interpretación de la Sharia y el Corán han dejado huellas en su rostro, las batallas y avatares de una existencia muy dura, en el que la inocencia, luz, brillo y expresividad de su mirada se habían perdido para siempre.
Los años de radicalismo frente a la mujer en Afganistan que incluían el uso de Burka, la prohibición de trabajar o estudiar, la imposibilidad de ser retratadas, usar los baños públicos, enseñar sus talones, visitar a un medico hombre, montar en bicicleta o practicar deportes, reírse en público, usar maquillaje o tacones, transportarse en los mismos buses que los hombres, aparecer en televisión o revistas, asomarse a los balcones, lavar ropa en el rio y un sin número de restricciones de la ley islámica radical habían hecho su efecto en el paisaje de su rostro.
No obstante al salir a la luz pública, su identidad le trajo algunos beneficios pero también varios problemas, como la detención y deportación que sufrió en Pakistán por transitar con papeles de identidad falsos.
Sharbat Gula, en cierta medida se convirtió en una celebridad y en blanco preciso de las criticas y acciones de quienes querían enviar un mensaje político a la ciudadanía o inclusive para los enemigos y críticos del trabajo artístico de Steve McCurry quienes lo acusaron de aprovecharse y lucrarse del sufrimiento de «La Niña Afgana».
Después de solucionar el inconveniente diplomático en Pakistán causado por las inconsistencias en la documentación, Sharbat Gula y sus hijos fueron recibidos con honores en el palacio presidencial de su país, el mismo lugar en que los Talibanes celebraron su victoria este Domingo.
El gobierno de la época prometió apoyarla económicamente y en el 2017, recibió una casa de 280 m2 para fijar su residencia en Kabúl capital de Afganistán.
El fotógrafo Steve McCurry y la revista National Geographic han creado una fundación para apoyar y mejorar las condiciones de las mujeres en este país.
Mauricio Ramírez Quirós
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