Desde antes del descubrimiento de América los indígenas Guanes que habitaban la región de Santander – Colombia, se acostumbraron a comer estas hormigas «culonas» (asi se llaman), a las que la cultura precolombina le atribuía poderes afrodisiacos y analgésicos, desde entonces se han convertido en una verdadera tradición gastronómica y una fiesta para los sentidos, su sabor se acerca mas al cacahuate frito y al maní que a otro tipo de manjares.
Nos atrevimos a probarlas en nuestra reciente visita a Sonesta Bucaramanga:
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Foto de la cortesía en la habitación……