En un emotiva despedida los empleados del Hotel Sonesta Bucaramanga les entregaron a los jugadores y miembros del cuerpo técnico una replica de unas lindas hormigas tradicionales del departamento de Santander a la delegación de Uruguay con la que se generó una química y una empatía increíble, pese a que no lograron la clasificación a los juegos olímpicos de Tokyo.
Un gran reconocimiento para el personal del hotel que demostró que la teoría del Big Wow Experience esta viva en su ADN.